Esta noche es la víspera de una de las noches,
por no decir, la noche, más mágica del año, San
Juan. El fuego purificador de las
hogueras limpian y llenan de luz la oscuridad.
Es un momento especial para pensar y meditar sobre
cómo queremos que sea nuestra
vida, cómo queremos vivirla. Podemos pensar de qué queremos deshacernos o desprendernos, qué es un
lastre o qué supone un obstáculo en ella.
El fuego, lo mismo quema y destruye, que purifica y
limpia; ofreciéndonos la posibilidad de alumbrarnos con su luz y su
calor. Dándonos un empuje
para emprender nuevos retos, tener
nuevos pensamientos e ideas que ayudarán en nuestra renovación interior y
exterior de nuestra vida.
Es el día ideal para encender una hoguera y quemar lo que
ya no nos sirva. Podemos escribir en
un papel qué queremos que desaparezca de nuestra vida y echarlo al fuego,
esperar a que se consuma. En otra
hoja podemos escribir cómo queremos que sea el año, llenándolo de pensamientos y
actitudes positivas. Este papel podemos guardarlo hasta el próximo
San Juan y por supuesto, sin ser quemado. Si no tenemos a mano una
hoguera, podemos utilizar una
vela.
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